Lesión ligamentosa en la rodilla
Los ligamentos de la rodilla, junto con los músculos y tendones, permiten que la rodilla se flexione y extienda, proporcionando también estabilidad cuando es necesario.
Cada lado de la rodilla tiene un ligamento colateral que asegura que la pierna no pueda moverse hacia los lados en esta articulación. Los ligamentos cruzados que están en medio de la articulación hacen que la pierna no puede deslizarse hacia adelante o hacia atrás o rotar excesivamente en relación con el muslo.
Cuando un ligamento colateral se lesiona, se produce hinchazón en el lugar de la lesión debido a que se desgarran pequeños vasos sanguíneos, lo que hace que se vea un cardenal (hematoma) bajo la piel.
Los primeros días después de la lesión puede ser difícil establecer el alcance del daño en el ligamento, porque la hinchazón y el dolor obstaculizan un examen preciso de la rodilla.
La rodilla lesionada duele y se siente rígida. En función de la gravedad de la lesión, en general tarda entre 8 y 12 semanas en curarse. Puede surgir inestabilidad crónica si no se aplica un tratamiento adecuado.
Imagen 1: Lesión del ligamento colateral tibial